Es maravilloso cuando te encuentras con un amigo que vive lejos, al otro lado del mar, y te pones a hablar con él justo en el punto en que lo dejásteis la última vez, como si nada.
La complicidad, el cariño y el calorcito permanecen intactos.
Así da gusto que sea verano.
O primavera, o invierno, esos encuentros aliñan cualquier estación.
ResponderEliminarUn beso y suerte.
Gracias, araceli!
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