jueves, 8 de julio de 2010

Just me



No sé bien por donde empezar. Llevo tiempo leyendo blogs, llevada de la mano de una colega que mantuvo uno que me encantó, y por fin me he decidido a abrir el chiringuito.

No creo mucho en estas encuestas tipo: cual es tu color preferido, signo del zodiaco, etc. Pienso que no sirven para conocer a una persona de veras, así que no escribiré algo así, pero.... ahí voy!


Me interesa la fotografia sobre muchas otras cosas. La practico y la disfruto desde hace mucho, y sé que es una pasión que me acompañrá siempre, junto a familia y amigos buenos.

Recuerdo perfectamente, aunque resulte poco creible, la primera foto que hice de modo consciente. Fue la primera vez que salí al extranjero (si descontamos Portugal, ese maravilloso país que no es el extranjero), en uno de esos agotadores viajes organizados del colegio. Conservo la imagen. Muy mala, pero algún día la subiré.

Tengo bastante sentido del humor, a pesar de mi apariencia seria. La gente que no me conoce mucho me lo zampa, cuando hemos cogido más confianza: hija, creiámos que eras una tipa mú seca, con esa cara….

Disfruto mucho con la literatura, siempre ando leyendo 2-3-4 libros a la vez. Empiezo uno, me llama otro la atención desde la estantería, lo comienzo, y así.... Sé que en un mundo tan dominado por la imagen y por lo inmediato, leer supone un esfuerzo y te aisla de los demas, pero aún así, compensa. Ahora mismo estoy con Anatomia de un instante, de Cercas, Marsé y sus Ultimas tardes con Teresa, Sontag y su ensayo Sobre la fotografía y Marias y Corazón tan blanco (este último claramente rezagado de los demás).


Me cuesta mucho enfadarme, para que lo haga me tienen que tocar mucho mucho las narices. Y creo que eso es un gran defecto, debería ser menos pacífica. Sin duda.


Arrastro además una cierta propensión a decir lo primero que se me pasa por la cabeza, sobre todo dónde y cuándo no debo. Eso me ha traído algún que otro disgustillo, que con el tiempo se han convertido en metedura de pata que se cuentan como anécdotas de mucha risa.


Un dia ideal: invierno, levantarte tarde, remolonear un poco hacindo como que recoges, ir al mercado a pillar calabacines (un suponer), quedar con los amigos en el bar de la esquina del mercáo, pa aprovechar ese solito que te calienta la espalda pero sin quemar mientras te bebes una cervecita/cocacola, ir a otro bar, picar algo,…. Y a otro más…. Y así, hasta perder en algun sitio la bolsa con los calabacines y volver a casa sin importarte que no estén (los calabacines), a una hora indeterminada (que tampoco te importa demasiáo) tras haber echáo el diita en la calle, sin horarios y sin prisas, y en buena compañía….


Me gusta la música, cada vez más. Ha sido un descubrimiento bastante tardío del que disfruto muchisimo. En mi mp3 conviven sin problemas Bach, Billie Holiday o Miguel Poveda, acompañados de Russian Red y la Jurado.
En su día tocaba la guitarra, en plan cancioncillas de misa (aish, ¡cuanto daño hizo el Vaticano II al mundo de la cancion pseudo-religiosa-penosa!). Hoy, si tuviera más de 24 horas/dia, aprendería a tocar la flauta travesera o el clarinete. No lo descarto. Algún día.


Soy optimista, siempre veo la botella medio llena. Cada vez que pierdo algo, cosa que me ocurre con frecuencia, pienso: jo, qué pena! y lo siguiente que pienso es: buenoo, alguien se lo encontrará y le dará una alegría! Esto del optimismo me costó aprenderlo, no me salía de natural, pero ya sí, y es una cosa estupenda!


Cuando me enamoro, tras un breve espacio en que mi cabeza lucha contra mi corazón, hay un punto de no-retorno en que me digo: rubia, a tomar por culo la sensatez.... y me tiro en plancha, sin armadura, dejándome ver. Me he pegado grandes tortazos, cierto, pero tambien he vivido grandes historias. Como dice a veces una colega, y aunque sea una comparación mu poco sensible: las ovejas que entran, por las que salen. ;-)


No creo en la felicidad como un estado permanente del alma. Cuando oigo a alguien afirmar que es completa y absolutamente feliz, alucino. No sé, pa mí la felicidad son esos pequeños grandes destellos de la vida cotidiana, o de la no-cotidiana, que tanto da, que te sorprenden de pronto y dices: coño, quééééé bien, qué a gusto, magnífico, momentazo! Y esos momentos, como dijo alguna, los guardo en el bolsillo izquierdo, el de las cosas importantes.


2 comentarios:

  1. pues encantada de conocerte, rubita. te sigo

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  2. Igualmente, Farala! Gracias por comentar, gracias. A veces tengo la sensación, como dicen los argentinos, de estar "escribiendo al pedo", a la nada.

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