domingo, 18 de julio de 2010

Refrescos

A veces, sólo de vez en cuando siento la tentación de disfrazarme de otra persona. De jugar a ser quien no soy. De convertirme en un refresco de naranja, en vez de uno de limón.
Luego recuerdo que no es posible, que no lo quiero ni creo que a estas alturas pudiera soportarlo.....
Pero la mezcla de atracción y temor ante esa posibilidad me espera en alguna ocasión, agazapada en una esquina, para saltar sobre mí cuando menos lo espero, cuando más tranquila estoy.
Y es que algunas cosas, sólo unas pocas en realidad, son más fáciles si eres un refresco de limón.....

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