lunes, 9 de agosto de 2010

Sobre la normalidad

Hace poco leía un post en otro blog, en http://www.actualidadlesbica.com/, sobre salidas del armario y......
me ha dado que pensar.
En esto soy partidaria de hacer cada uno la guerra por su cuenta, como se pueda, como se quiera o como cada uno sea capaz. Lo que quiero decir es que las cosas al final son más comunes y más cotidianas de lo que parecen.
Aún recuerdo hace años la primera persona, amigadetodalavida, desde chicas, a la que le dije que me gustaban las mujeres. Aquello, hará diez años o más (parezco una abuela contando batallitas, socorrooooooo) lo adorné con un misterio que V., que así se llama mi amiga, primero se asustó pero luego se partía de la risa.
Imaginad, una ciudad pequeña del Sur, ya en los dosmiles, si no recuerdo mal:
Yo, en plan trascendente, con mi peor careto de circunstancias: no, oye, nada, que tengo que contarte algo.
Y ella: ¿qué, qué te pasa? ¿estas bien? llevas una cara que me estoy empezando a asustar, quilla, ¿que te pasa?
Y yo: no, nada, tranquila que no es nada malo, pero es importante. Es sólo que me he dado cuenta de que.... bla, bla, bla,.....
Y varios blablablás después ésta, V., que es más larga que ancha y me conoce desde la EGB o así, me mira con una cierta sorna y me dice: ¿Y? ¿Eso es todo? Joé, tía, creí que te pasaba algo.....
Claro, en ese momento flipé con su reacción, porque una tenía sus miedos, muchos, y provengo de un entorno muy muy tradicional, pero la verdad es que le estaré eternamente agradecida. Si esas primera reacción, junto con las que vinieron después, hubiera sido chunga, hubiera sido todo más complicado, sin duda alguna.
Hoy día, una década después y con la cabeza mejor amueblada (a pesar del pelo rubio y de que el amoniaco de las mechas hace estragos en mi cerebro) la cosa la llevo de otra forma. Cuando la peña habla de parejas, siempre cuento historietas o anécdotas (las que son contables, sólo) de mis ex enfemenino, como no podía ser de otra manera.
Y estoy convencida de que a la gente, a los heteros en especial, como que se les va haciendo el cuerpo y la cabeza, como que ven de pronto que hay de tó por ahí, y que los homos no somos de otro planeta.
Tal vez os parece una idea mú básica o pueril, y pa muchos lo será, pero la peña es capaz de decirte burradas auténticas de la homosexualidad en abstracto, pero cuando conocen a alguien de esta opción se dan cuenta (algunos, claro) de que sus esquemas cerrados no les sirven, ya no les encajan........ Amén de que es muy fácil preguntarles, y lo hago a veces: vale, sí, ¿¿y a cuántos gays y lesbianas conoces tú que según tú son así o asá???? porque seguro que yo conozco más que tú, y eso que dices no se ajusta a la realidad, o si lo hace es en la misma medida que con los heteros.
Es eso, o pedirles que apliquen una determinada característica a todos los seguidores del Sevilla y/o del Betis, que en esta ciudad siempre funciona, jajajajaj. Y se quedan pensando, claro, que decir que a todos los del Betis les gusta la literatura, por ejemplo, o que todos los del Sevilla son unos promiscuos de narices, o sea, atribuir una determinada cualidad, negativa o positiva, a un grupo humano sólo porque pertenezcan a tal o cual equipo es una soberana estupidez.......
Y con el tema de la maternidad, pa qué contaros. Los niños te sacan del armario, si es que andas dentro en algún ámbito de la vida, ¡incluso antes de tenerlos! Cuando gente que me conoce menos me pregunta, por ejemplo, en un determinado momento por qué no puedo beber alcohol o, como ahora, por que ando un poco más cabizbaja, y les cuento en qué ando, siempre hay algún alma cándida que exclama: Dí que sí, que me parece mú bien, que tal como está el mercado masculino pa qué vas a esperar a que aparezca el hombre de tu vida... A lo que siempre contesto: la mujer, la mujer de mi vida, que a mí me van las tías.
Reacciones del tipo creo-que-no-he-oido-bien y caras de póquer he visto unas pocas ya, pero entra dentro de la normalidad, ¿no creéis?

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